El pasado domingo 5 de abril fue el último día de poda, porque ha empezado el “lloro”. Esto es cuando las viñas se despiertan de su letargo invernal y la savia empieza a circular. Entonces durante unos días esta savia sale por los cortes de la poda, hasta que los cortes se cicatricen.
Pues, no nos ha dado tiempo terminar. Por una parte, no pasa nada – las viñas no se van a morir, ni van a sufrir. Pueden vivir perfectamente sin la intervención humana (de hecho, las vides llevan unos 200 millones de años en la tierra, mientras que homo sapiens solo 1 millón más o menos!) así que un año más sin nuestras atenciones no las va a afectar. Pero, por otra parte, el año que viene será más laborioso podarlas, porque habrán crecido aun más! Y la producción de uva no va a ser ‘óptima’ ya que las viñas sin podar producen muchos racimos pequeñitos con granos pequeñitos en vez de pocos racimos grandes con granos grandes.
En fin, estamos bastante contentos con lo conseguido:
- 3 ha podadas bien
- 3 ha en recuperación sin podar (por que no hay nada que podar)
- 3 ha sin podar que sí teníamos que haber podado
Así que: 6 hectáreas bien, y 3 hectáreas no conseguido.
¿Por qué no lo conseguimos podar las últimas 3 ha?
1. Planificamos mal. Había mucho más trabajo de lo que esperábamos. No calculamos bien las horas de trabajo, ni el número de personas necesarias
2. No hemos contado con la ayuda masiva de l@ consumidores del Puchero. (sí con ayuda puntual de un@s poc@s consumidor@s)
Tenemos que hablar y analizar, y aprender la lección, para hacerlo bien el año que viene!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja un comentario a este artículo, anda!