¡Por fin!
Después de unos diez (10)años pensándolo, hablándolo, y escribiéndolo, finalmente lo he hecho. He plantado unos 150 nuevas viñas en los espacios vacíos del viñedo de Carabaña.
Viñas recién plantadas, con sus tubos protectores |
Decidí poner
Tempranillo, porque el viñedo ya está plantado a Airén y Tempranillo, pero de
tempranillo hay poco, solo suficiente para hacer una barrica de crianza. Vacilé
un poco sobre si plantar una variedad diferente, como Malvar o Torrontés u
otra, pero al final pensé que sería una tontería y una complicación, porque las
cantidad de uvas de 150 viñas sería demasiado poca. Otra variedad para otro
proyecto! :)
Más viñas recién plantadas |
Vista por el tubo |
¡Bueno! Ya está la
mitad del trabajo hecho. Para el año que viene quedan unos 100 viñas asilvestradas,
es decire, donde la variedad injertada en su día ha muerto, pero donde sigue
viva el porta-injertos. En estas habrá que podar, cortar y injertar.
Estas viñas están tan
vigorosas que en verano se convierten en monstruos como esta:
Viña asilvestrada |
Los minúsculos y numerosos racimos de una viña asilvestrada |
Además, quedan unas 20-30
viñas que han muerto pero que habrá que cavar y sacar.
¡Qué bien! Estoy muy
satisfecho y contento de haber hecho este trabajo. Se deprime uno cuando se aplaza
y se aplaza algo durante tanto tiempo. ¡Digo yo!
Bien! Yo también creo que Tempranillo es la variedad adecuada, ya que de blanco andas sobrado, pero ¿ese porta injertos también ahuyentará a los conejos?
ResponderEliminarEnhorabuena por la decisión, seguro que es la correcta, por experiencia te recomiendo que el primer año las riegues con frecuencia. Espero que las heladas no te hayan hecho la puñeta cómo a mí.
ResponderEliminarUn abrazo