El pasado sábado (17) y domingo (18) de septiembre, vendimiamos todas las uvas (blancas, de la variedad Malvar) en nuestro nuevo viñedo en Villarejo de Salvanés (Madrid). Increíblemente, y en contra a toda expectativa, conseguimos terminar, y no tenemos que volver a vendimiar otro día.
Vendimiando en Villarejo (1)
Habíamos calculado unos 4 días, pero lo hicimos en 2 días. Creo que por dos razones:
- Primero, vino un montón de gente a ayudarnos, entre amigos, amigos de amigos, vecinos, consumidores de nuestros vinos, etc. El domingo éramos unas 16 personas!
- Segundo, creo que el viñedo mide algo menos de una hectárea, que es lo que suponíamos por algún motivo que no recuerdo ahora! Tendremos que averiguarlo cuanto antes a través del SigPac. Esto es una aplicación gratis del Ministerio de Agricultura. Es un poco como el Google Maps, pero más enfocado hacía la agricultura, es decir que muestra el tipo de cultivo plantado, los límites de cada parcela, y tiene herramientas para medir distancia y áreas, etc.
Vendimiando en Villarejo (3)
En esta parcela de Villarejo no había conejos, como en Carabaña (ver este post de hace dos semanas), donde se comieron una buena parte de las uvas. Creo que es porque el viñedo de Villarejo está rodeado de otros viñedos y de olivares, mientras que en el de Carabaña, solo hay monte bajo, y por lo tanto los conejos no tiene otra cosa que comer más que nuestras uvas.
Vendimiando en Villarejo (4)
Algunas de las uvas estaban afectadas por oídio o mildiú, que apareció de repente en las últimas dos semanas. Esto fue culp nuestra realmente, porque esta primavera decidimos no sulfitar, porque las viñas tenían un aspecto muy saludable y vigoroso. Quizá el año que viene no convenga hacer un sulfitado preventivo.
Racimos Afectados por el Oídio
Bonito Racimo, No Afectado por el Oídio
Además, vamos a tener que pensar mucho sobre la forma de podar este invierno. Todas las viñas (que tienen unos 60 años de edad, a juzgar por el grosor del tronco) tienen una forma algo extraña, en nuestra experiencia. En vez de tener un tronco vertical con tres o cuatro brazos horizontales, estas viñas tienes solo el tronco vertical, y los sarmientos salen directamente de la parte superior. Cuando estos sarmientos están crecidos, salen hacia fuera y hacia abajo, formando así una especie de bol invertido; los racimos de uvas están dentro de este bol y no están bien expuestos ni al sol ni al aire; y allí dentro se forma un microclima húmedo donde prosperan los hongos del oídio y del mildiú. Vamos a tener que podar de tal forma para maximizar la entrada de sol y aire.
Vendimiando en Villarejo (5)
Decidimos no parar para comer a las 2 como de costumbre, sino de acabar de vendimiar toda la parcela. Así no tendríamos que volver después de comer y podríamos ir a comer (tarde) y disfrutar del resto del día.
Cargando la Ultimas Cajas
Cajas de Uvas
Todas mis preocupaciones de los días anteriores eran para nada! La parte racional de mi cerebro lo sabe que no sirve de nada preocuparse! Cada vendimia que hemos hecho en los últimos 8 años (por lo menos 32 vendimias) ha salido bien, a pesar de las complicaciones que siempre hayan salido, así que porqué iba a ser diferente esta vendimia? Vete a saber! Lo que quiero saber yo es cuando sale CerebroHumano 2.0!!!
Fabio, Fumando menos!
Pues nada, ya me estoy volviendo a la abnormalidad habitual! Estoy fumando menos y comiendo algo de fruta! Y me estoy dejando crecer la barba para intentar ocultar las calenturas que me han salido en los labios. En fin, las uvas y los mostos están a salvo en la bodega y las fermentaciones van bien.
Refrescándonos en el patio
Terminamos de vendimiar a la 5:00 y llevamos las uvas a la bodega en Morata de Tajuña y las guardamos dentro a una temperatura de unos 25ºC, las cajas apiladas en palets, listas para procesar el día siguiente. Al final cogimos unos 2.000 kilos. Esa noche sacamos las uvas al patio para que se enfriaron, ya que las temperaturas nocturnas han caído bastante en la zona últimamente – a unos 12ºC.
Llegados a la bodega, en Morata de Tajuña (a unos 20 km de Villarejo), con mucha hambre y mucha sed, encendimos una barbacoa, y nos pusimos a comer y a beber (nuestro vino del 2010!). Pero no faltaba cerveza – porque no hay nada como una botella de cerveza fría después de un largo y caluroso día de vendimia. Hay que decirlo!
Cerveza!
Y para terminar, doy las gracias a @VdelaSerna por ilustrarme en cultura española:
"Al cura de Villarejo de Salvanés
le cuelgan los cojones hasta los piés"
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