(traducción del post original en inglés del 26 de octubre. ¡Mejor tarde que nunca!)
Había quedado con dos vendimiadores profesionales en el viñedo de Villarejo a las 8:00 en punto, pero casi no llego porque no me arrancaba la furgoneta.
La noche anterior había lavado unas 100 cajas de plástico y las había cargado cuidadosamente en su configuración óptima; me acorde de las tijeras, y me acordé de llevar agua, un sombrero, e incluso me acordé de echarle gasolina a la furgo! Todo listo! Pero as las 7:15, delante de mi casa en Madrid, la furgo no arrancaba! Qué hacer?
Pues, me bajé, me lié un cigarrillo, y me lo fumé frunciendo el ceño a la furgo, pensando en opciones. Pero no se me ocurrió ninguna solución viable, aparte la de llamar a los vendimiadores y quedar otro día. Así que me metí, giré la llave, y el motor arrancó! ¡Vete a saber! Y funcionó perfectamente durante todo el día.
En fin, llegué a las 8:00 y empezamos a vendimiar a las 8:15, ya que tardamos unos 15 minutos en bajas todas las cajas y apilarlas en tierra. Luego vendimiamos hasta las 13:00 sin parar. Apilábamos las cajas en torres de 3 ó 4 y nos turnábamos para llevarlas a la fugo. Era un buen cambio de estar agachado cortando racimos de uva. Cada caja pesaba unos 8 ó 9 kg, así que llevábamos 2 a la vez.
Posando con los racimos más grandes que pudimos encontrar |
Nunca llenábamos las cajas demasiado, de tal forma que se podían apilar sin aplastar las uvas.
Sobre las 13:00 hice un viaje a la bodega en Morata de Tajuña, ya que la furgo estaba llena. Descargué todas las cajas, las apilé encima de un palet y las dejé dentro, al fresco.
Descargando y apilando en un palet |
Luego cargué más cajas vacías. Próxima parada – un bar del pueblo donde me compré un bocadillo de tortilla francés con tomate, y que me comí camino al viñedo.
Los vendimiadores se habían traído su propia comido y ya estaban trabajando de nuevo cuando llegué. Terminamos sobre las 17:00. Volvemos a la bodega y me ayudaron a descargar y a apilar, y se acabó la faena!
Dejé las uvas dentro de la bodega, donde la temperatura bajaría a unos 10ºC durante la noche, y la mañana siguiente procesaría las uvas.
Uvas Malvar listas para procesar |
Uno de los vendimiadores me preguntó si necesitaba más ayuda en el viñedo, y le dije que probablemente sí, a partir de enero, para ayudarme a quitar las ‘sierpes’ – los brotes salvajes que salen del tronco, debajo tierra, y que restan muchas fuerzas a la viña. (ver este post, en inglés, lo siento no lo he traducido)
Pues, unos 2.000 kg de uvas vendimiadas en 8 horas por tres personas. Igual a 83.3 kg/persona/hora. ¿Es mucho o poco? No tengo ni idea, ya que fue la primera vez que vendimiaba así. Si has leído algunas de mis posts antiguos, sabrás que el procedimiento habitual para vendimiar es mucho más relajado!
Normalmente, somos una pandilla de amigos, familia, invitados y hasta desconocidos que aparecen para vendimiar. Solo vendimiamos por la mañana, y luego paramos para comer; y suelen ser comidas largas, con sobremesa incluida! Luego, estrujamos/prensamos las uvas cogidas por la mañana.
Bueno, este método tiene sus ventajas y desventajas. La ventaja mayor es que todo el mundo se lo pasa muy bien. Esto es perfectamente factible si la producción es pequeña y hay flexibilidad en cuanto la fecha exacta para vendimiar. Pero, conforme aumenta la producción, la flexibilidad disminuye, y realmente estás obligado a coger cierta cantidad de uva en fechas específicas, y no puedes depender de amigos y familia que ‘quizás’ vendrán a vendimiar. Creo que estoy llegando a un punto en medio camino, así que puedo hacer ambas cosas, es decir, tengo que vendimiar cierta cantidad de uvas en fechas dadas, pero me puedo permitir aun de tener unos días de poca producción, ineficientes, pero super-divertidos y agradables, con comida y sobremeas incluido!
¡Salud y buen vino!
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