El otro finde nos hemos dedicado a trasvasar vino:
Primero movemos el Sirah y el Petit Verdot de un deposito de acero inoxidable a otro.
Petit Verdot (delante) y Sirah (detrás)
Depósito de Petit Verdot
El Petit Verdot olía a pedos y a hidrógeno o algo parecido, así que la aireación le ha venido muy bien. Olía mucho mejor después del trasvase.
Lo hicimos a mano, llenando un capazo desde el gripo en la parte inferior del depósito, y luego vertiéndolo directamente al depósito nuevo desde arriba.
Echando el vino al depósito
Colores bonitos
Más colores
El Sirah también olía un poco a cerrado, pero no a pedos!
Capazo (1)
Capazo (2)
Mejunje en el fondo
Vista desde arriba
También trasegamos el Garnacha, por primera vez este año, así que había bastantes lías y mejunje en el fondo del depósito.
Estamos muy contentos de cómo estos tres vinos están saliendo.
En el momento decidimos meter una parte del Garnacha en una barrica de roble vieja (más de 5 años) como experimento, para ver que tal sale.
Limpiando la barrica vieja y quemando una pastille de azufre
Para meter el Garnacha en la barrica, tuvimos que usar la bomba. ¡No me gustan las bombas! Hacen demasiado ruido. No sé a ciencia cierta si el ruido afecta el vino, pero a mi sí que me afectan!!!
El Garnacha entrando en la barrica
Otra cosa que no me gusta de las bombas es que son demasiado potentes y mueven el vino demasiado rápidamente.
El Garnacha cayendo al suelo
No fue tan grave como parece - solo perdimos unos pocos litros, antes de conseguir apagar la bomba! Después de limpiar el derrame, pude disfrutar escribiendo en la barrica con una tiza!
Garnacha 2010
Por ultimo, trasegamos un lote grande (2000 litros) de Tempranillo, y malas noticias: cuando fuimos a abrir la tapa neumática, descubrimos que ya estaba abierta! Nos olvidamos de cerrarla la última vez que la abrimos hace unos meses. Esto quiere decir que el vino ha estado en contacto con el aire (oxígeno) durante todo este tiempo. No es un desastre, pero tampoco está bien. En fin, el vino parece que está bien. Por si acaso, desechamos los últimos 100 litros - los 25 cm más cerca de la superficie que ha estado en contacto con el aire. ¡Otra lección aprendida!
La bomba (de la discordia) y el tanque de Tempranillo